La justicia en el Perú está podrida desde la raíz. El Poder Judicial, capturado por la mafia caviar y los mismos jueces corruptos, vuelve a demostrar que no están al servicio del pueblo, sino de sus propios intereses. Hoy lo vemos con la decisión de rechazar la aplicación de la Ley de Amnistía para las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y los comités de autodefensa. Esa misma ley que busca reconocer el sacrificio de quienes defendieron al país contra el terrorismo, ahora es bloqueada por un sistema que se alimenta de la ideología izquierdista y no de la justicia.
Lo anterior, es la muestra más clara de cómo el Poder Judicial ha sido tomado por mafias ideologizadas que llevan más de 25 años decidiendo a quién perseguir y a quién proteger. Se persigue a los que dieron la vida por el Perú, pero se deja libres a terroristas, corruptos y criminales. Y todo se repite bajo el mismo libreto: organismos internacionales alineados con la izquierda como INDH, ONG’s que lucran con el dolor de las víctimas como IDL, y fiscales que se creen intocables.
Lo que necesitamos es una Reforma Total del Poder Judicial. Una cirugía mayor que extirpe a los jueces vendidos, a los fiscales que responden a intereses políticos y a la mafia caviar que ha convertido la justicia en un negocio ideológico. El país no puede seguir atado a un sistema que trata como delincuentes a nuestros héroes, mientras los criminales siguen caminando libres por las calles.
El cambio de ciclo empieza aquí. El Perú no puede seguir sometido a tribunales y fiscales que han perdido toda legitimidad. Necesitamos jueces y fiscales al servicio de la ley, no de agendas extranjeras ni de ideologías fanáticas. Solo una reforma real devolverá a la justicia su verdadero nombre y pondrá fin a décadas de impunidad.