El conflicto entre Israel y Palestina ha vuelto a poner de manifiesto la complejidad y la gravedad de los conflictos en Medio Oriente. Sin embargo, más allá de la política y la historia, hay una lección fundamental que debemos aprender de estos eventos: el peligro del terrorismo y la necesidad de combatirlo en todas sus formas.
El terrorismo, en cualquiera de sus manifestaciones, representa una amenaza constante para la paz y la estabilidad en cualquier sociedad, y esto, nos recuerda la importancia de no subestimar esta amenaza. No se trata solo de un problema localizado, sino de un desafío global que puede afectar a cualquier nación en cualquier momento.
Es crucial reconocer que la lucha contra el terrorismo no es una tarea sencilla ni una cuestión que pueda resolverse únicamente mediante la fuerza. Aunque la seguridad y la defensa son componentes esenciales en la prevención de ataques terroristas, también debemos abordar las causas subyacentes del extremismo y el terrorismo. Factores como la desigualdad, la falta de oportunidades, la radicalización y la desinformación desempeñan un papel significativo en la propagación del terrorismo.
Es por ello, que la noticia de un pacto entre Bolivia e Irán (principal patrocinador de grupos islámicos radicales como Hamás, Hezbollah o el Estado Islámico) ha suscitado preocupaciones en el Perú. La percepción de que este acuerdo representa una amenaza plantea preocupaciones legítimas en relación con la estabilidad y la seguridad en la región, sobre todo porque ya se conocen infiltraciones de activistas bolivianos en Puno.
Dadas las circunstancias internacionales y las preocupaciones relacionadas con Irán en el pasado, es comprensible que exista una cierta inquietud en la región. Irán ha estado involucrado en situaciones conflictivas en otras partes del mundo y ha sido objeto de sanciones internacionales debido a sus actividades nucleares y su presunto apoyo al terrorismo.
Es esencial que sigamos de cerca la evolución de este acuerdo y evaluemos sus implicaciones, pues con el terrorismo no se dialoga ni se hacen pactos, sino que se combate. Y hoy, este es el camino que están eligiendo nuestros vecinos.