BLOQUEOS EN LA PANAMERICANA SUR: CUANDO EL ESTADO OLVIDA

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Desde hace varios días que los mineros artesanales del sur están alzando la voz, no por capricho, sino por desesperación. Esta semana comenzó un paro nacional indefinido, con bloqueos en distintos puntos del Perú, en protesta por el abandono sistemático del Estado frente al proceso de formalización minera.

Mineros de Secocha y otras zonas aledañas del valle de Ocoña, se tomaron la Panamericana Sur para exigir lo que llevan años pidiendo: ser reconocidos como peruanos que trabajan, que producen, que sostienen comunidades enteras.

Pero la mafia caviar infiltrada en el Estado y en la sociedad de minería sigue llamándolos ilegales. Sigue persiguiéndolos como delincuentes, mientras blinda a las grandes mineras que sí contaminan, y que tienen el sistema a su favor.

¿Cómo puede ser que quienes trabajan con sus manos y sin maquinaria pesada, sean los primeros en ser excluidos? ¿Cómo puede un país minero criminalizar a sus pequeños productores mientras protege a las grandes corporaciones con oficinas en Lima?

Los mineros artesanales piden reglas claras. Piden acceso a la formalización real, no a procesos eternos que solo benefician a los mismos de siempre.

En Arequipa, sabemos lo que significa trabajar la tierra, picar la piedra, sacar adelante a la familia con lo que se tiene. Y por eso también sabemos que este modelo no da para más.

Desde hace 25 años, el sur del Perú ha sido invisible para los gobiernos. Si no se escucha al que trabaja, el país se detiene. Y eso está pasando.

Es hora de dejar de perseguir al minero artesanal y empezar a transformarlo en empresario minero. Con crédito, con tecnología, con respeto.

Porque si seguimos igual, el conflicto social va a explotar en todas las regiones. Y esta vez no será por falta de advertencias.