No es novedad escuchar que Sedapal cierra un año con pérdidas, que corten el agua constantemente, que roben los medidores y que por fugas, haya cobros desmedidos. Casos donde manipulan recibos para ganar bonos o casos constantes de corrupción en cada obra que realizan, desde un alcantarillado hasta en Nueva Rinconada, son también pan de cada día, demostrando su ineficiencia e incapacidad.
Además, escuchamos constantemente como tanto la Sedapal como otras empresas estatales administradas por políticos y otros corruptos designados a dedo, son constantemente mencionados como una caja pagadora de coimas. Todo a costa del bolsillo de todos los peruanos, mientras millones aún no cuentan ni siquiera con agua potable.
¿Cuánto tenemos que aguantar para que especialistas de verdad se hagan cargo del agua? No podemos darnos el lujo de seguir financiando a los coimeros de turno. Una empresa especializada nos evitaría lidiar con la incapacidad, la corrupción, las pérdidas y constantes fallas técnicas, además que mejora la transparencia, la competitividad y la calidad del servicio ofrecido, asegurando que los recursos se utilicen de manera eficiente en beneficio de toda la sociedad, eliminando al operador político de turno, que está solo para entorpecer y corromper todo lo que toca, pues no le importa el agua, le importa llenar su bolsillo y el de sus amigotes. Una empresa especializada mejora el servicio y rinde cuentas.
La modernización del servicio es una obligación y es parte del Cambio de Ciclo que el Perú necesita.