Nuestro país atraviesa una de las peores crisis de seguridad de los últimos años, mientras los poderes del Estado y nuestras autoridades parecen enfrascados en una pelea sin fin, similar a una disputa en un callejón, culpándose mutuamente por sus fallos.
El ministro del Interior, Juan José Santiváñez, ha lanzado críticas públicas hacia el Ministerio Público, acusándolo de no colaborar en la lucha contra el crimen y de liberar a delincuentes capturados en flagrancia por la policía, poniendo en riesgo la vida de sus efectivos.
El Comandante General de la PNP, Víctor Zanabria, también se ha sumado a las críticas, pero dirigidas hacia los medios de comunicación. Señaló que la difusión de informaciones negativas aumenta el miedo en las víctimas de extorsión y contribuye a que estas organizaciones criminales fortalezcan el clima de zozobra en la población.
Sin embargo, lo que todos sabemos es que la corrupción y la delincuencia es quien gobierna. Hoy nadie es capaz de ponerle el cascabel al gato, mientras en el Perú no se puede caminar tranquilos por la calle. Necesitamos un Cambio urgente. Un golpe de timón donde no quede nadie. Se tienen que ir todos.